Por: Rony Lenz, director Postgrado Instituto Salud Pública U. Andrés Bello
El Presidente, a través de su twitter, nuevamente presiona al Ministro de Salud para que a fin de mes envíe los proyectos de Ley de la Reforma de ISAPREs.
Qué duda cabe de la necesidad de una reforma frente al alza de precios de los planes, la judicialización, la falta de fiscalización de la Superintendencia de Salud y la discriminación a la mujer y la tercera edad, entre otros problemas.
Habrá que ver si por enésima vez el Ministro vuelve a postergar la entrega o si envía los prometidos proyectos. El problema de fondo que enfrenta el Ministro es que el Gobierno no adoptó una estrategia adecuada para organizar el proceso de reforma de salud.
Cuando los gobiernos tienen que enfrentar una reforma de esta envergadura, habitualmente forman una Comisión, Secretaría, Unidad Coordinadora u otra figura, que organiza el trabajo técnico -que en estos procesos es complejo y cuantioso- y sirve para hacer los primeros tanteos políticos de las propuestas de política. Por ejemplo, esta fue la figura que adoptó Lagos, con el Dr. Sandoval al frente, que dio forma a la Reforma GES.
La dificultad de Santelices para elaborar y enviar los proyectos de ley, es que prescindió de esta organización, centralizando toda la actividad técnica y política en su persona. Evidentemente ha estado sobrepasado. El resultado era previsible: Demora en la entrega de los proyectos y, cuando los envíe, van a tener una debilidad técnica que va a empantanar la discusión en el Congreso, donde justamente no deben discutirse los problemas técnicos, sino los políticos.