I Por Karen Medina E. SEREMI DEL TRABAJO Y PREVISION SOCIAL
Disminuir la desigualdad es el norte del Gobierno de la Nueva Mayoría, y sin duda en materia laboral es el hilo conductor de la Agenda de Trabajo de Calidad. Las mejoras salariales son una gran expectativa de los miles de trabajadores del país. La Reforma Laboral (RL) – como ya hemos dicho – precisamente garantizará el buen resultado de la negociación colectiva, a través de un diálogo equilibrado que permita oportunamente llegar a acuerdos, más aún cuando la empresa ha tenido buenos resultados económicos. Además de otras materias, el enfoque de género le incorpora a la RL un plus adicional, al poner al centro el derecho de la mujer a recibir la misma remuneración que un trabajador varón que ejerce igual función, haciendo cumplir la Ley 20348.
De este modo, la RL hace justicia en el mundo del trabajo para permitir un contexto, no sólo en favor de mejores sueldos, sino que además tiene la tarea de poner fin a la discriminación que aún perjudica a miles de mujeres trabajadoras: la brecha salarial, que de acuerdo a datos del INE, hoy afecta a un 28% de mujeres de la región. El proyecto de ley que moderniza y mejora las relaciones laborales, obliga a revisar la brecha salarial en la negociación colectiva, integrando a una mujer en la mesa negociadora si el directorio del sindicato no la integra, extendiéndole el fuero sindical.
Con esto incentivamos además la participación de la mujer en la actividad sindical, que en la región asciende a un 40%, y permitirá integrar otras temáticas en materia de “Mujer y Trabajo” como es asegurar los derechos tales como Lactancia Materna, Cuidado Infantil, Fuero Maternal y Descanso Pre y Post Natal, y otros que deben ser permanente resguardados. Más aún cuando tenemos el desafío de superar la distancia de participación de la mujer en el mundo del trabajo formal, en Chile aún de un 45 por ciento, frente al 54 por ciento de América Latina.
Promover la participación de la mujer en el mundo del trabajo siempre será un ejercicio de justicia social. Las mujeres son un importante componente de los principales quintiles de pobreza. De cada diez familias, cuatro son gobernadas por una jefa de hogar, cuyo único ingreso para el sustento familiar es su remuneración. De este modo, garantizar mejores expectativas salariales, seguir trabajando por reducir el desempleo femenino, hoy de un 7,2 por ciento en la región – y dejar atrás la injustificada diferencia de sueldos entre hombres y mujeres, es una grata noticia para miles de mujeres trabajadoras de la región que con justeza lo esperan, por su innegable compromiso con su jornada laboral diaria en favor de la productividad que tanto anhelamos.