Por Andrés Dominichetti Herrera. Psicólogo.
Causa preocupaciones en nuestro medio social, el alto índice de fracasos en las relaciones de pareja con el consecuente daño a los hijos, a la economía doméstica, y al orden social mismo. El sufrimiento mueve a los involucrados hacia las consultas frecuentes de psiquiátricas y psicólogos y trasciende hacia los educadores y orientadores que tienen que lidiar con los hijos afectados. Según estadísticas referidas solo a matrimonios formales, al año 2012 – 2016 la tasa de divorcios era del 3,6 por cada mil habitantes proyectándose un aumento para los años siguientes, convirtiendo a Chile en uno de los cinco países con más alta tasa de divorcios del mundo. Consecuencia de todo ello es que hay necesidad en detenerse y mirarnos en el tema. Al inicio de la relación de pareja, siempre hay tiempos buenos, motivaciones buenas que dan calidez y calidad a la relación. Se pueden decir que “ viven en el cielo” pero, viene de inmediato la pregunta: ¿ qué pasa después? Los caminos de la vida, son variados y las estadísticas a que me refiero son preocupantes.
Al respeto quiero recordar un antiguo cuento chino que viene al caso: Un sabio le pidió a Dios que le permitiera conocer el cielo y el infierno a lo que Dios accedió. El sabio partió por el infierno y encontró que este era un gran salón muy decorado y que contenía en medio una larga mesa con exquisita comida, postres, frutas manjares. Alrededor del salón estaban los residentes del infierno amarrados para que no se abalanzaran sobre las mesas y tenían en sus manos unas cucharas de mango muy largo, que les permitían alcanzar la comida, pero no podían hacerla llegar a sus bocas porque no se lo permitía el espacio. La particularidad consistía en que los residentes del infierno, gritaban por hambre, estaban angustiados y con sus caras famélicas. Luego de ello el sabio se dirigió al cielo y se encuentra con la sorpresa que era idéntico al infierno, un gran salón decorado, las mesas del centro llenas de comida, postres, frutas y que los residentes también estaban amarrados y portaban cucharas con mangos largos para alcanzar la comida.
La única diferencia era que en este caso los residentes de un lado con sus cucharas tomaban la comida para entregarla en la boca del residente del otro lado. La particularidad de estos era que se les veía muy contentos, bien alimentados y felices se podía escuchar voces que repetían, gracias, sin ti yo no podría ser feliz. Esta historia, reseña como debe ser la relación de pareja, fundada en no esperar nada para si, y ser generoso con el otro, creando un círculo beneficioso en vez que convertir la relación de pareja en un infierno. El consejo es forjar y pedazo de cielo, al que podemos llamar “nuestro refugio”. Yo sé que alguien al leer esto podría decir, “cuentos de niño” mi realidad es otra. Sí, puede ser así, pero en este caso yo te invito a leer la historia de del psiquiatra Vienes Víctor Frankl, un judío que compartió los campos de concentración nazi y que salvó la salud mental y la vida de muchos, tan solo aconsejándoles que si ya no tienen esperanzas, al menos mantengan ideales. En ese caso mantén como el ideal, una relación de pareja y una familia feliz y te aseguro que tu mente se encargará lentamente de hacer su trabajo.