Tras casi una década de anuncios, proyecto quedó postergado
El gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet decidió que la anhelada construcción y recuperación del Ferrocarril Transandino Los Andes-Mendoza no está dentro de las prioridades de integración entre Chile y Argentina, con lo cual se paraliza el proyecto luego de casi una década de reuniones, anuncios y buenas intenciones de ambos países para la habilitación del que se había denominado Tren Bioceánico Aconcagua.
De acuerdo a la información del diario digital Mendoza Online (www.mdzol.com), la ambiciosa iniciativa, que se venía impulsando desde 2007, finalmente quedó postergada y sin fecha de recuperación
Se consigna en la nota que el gobierno chileno decidió que el proyecto de iniciativa privada (presentado por el grupo Eurnekián, representante de la Corporación América, encargada del desarrollo del Transandino) no está dentro de sus prioridades en el plan de mejoramiento de los pasos fronterizos, decisión que fue avalada por el gobierno del Presidente Mauricio Macri, de Argentina.
Con lo anterior, se diluye casi para siempre la posibilidad de recuperar el ferrocarril, como forma de aliviar el tránsito en la colapsada ruta internacional.
Se agrega en la nota que dos hechos confirmaron el fin de este proyecto, el primero durante la reapertura del Aeropuerto de Mendoza y donde el ministro de Transportes de Argentina, Guillermo Dietrich, manifestó que el Ferrocarril Transandino no está en la agenda de trabajo de su cartera; y el segundo se produjo en la cumbre efectuada en Buenos Aires entre ambos jefes de Estado, donde la iniciativa fue “apartada” de la lista de temas de unión fronteriza y se avanzó, en cambio, en anuncios relacionados con mejoras para el tránsito vehicular por el corredor bioceánico.
MOTIVOS
Una serie de motivos tendría el gobierno de nuestro país para seguir adelante con este proyecto internacional, entre las que se cuentan que no estaban estudiadas en profundidad las denominadas «demandas derivadas», es decir, la cantidad de tránsito que el paso tendrá a futuro para determinar si a ecuación económica del proyecto era viable o no; que no se presentó un estudio confiable acerca del «estado de la roca» en la montaña que se perforaría a futuro y por donde iban a pasar las vías del ferrocarril; y que la administración de la Presidenta Bachelet consideró inviable la iniciativa de Eurnekian si la obra no contemplaba la construcción simultánea de dos túneles por cuestiones de seguridad.
LAS BUENAS INTENCIONES
El Tren Bioceánico Aconcagua contemplaba el recorrido entre Los Andes y Luján de Cuyo, con un túnel de baja altura de 52 kilómetros de longitud, que permitiría transportar 72 millones de toneladas por año.
Para hacerlo, la Corporación América presentó hace cinco años un cronograma de financiamiento que incluyó a empresas navieras de Chile, Mitsubishi Corporation, de Japón; Geodata, de Italia, y Contreras Hermanos, de Argentina.
Hacia principios de marzo del 2012, el tren recibió un impulso fenomenal, cuando los entonces Presidentes Sebastián Piñera y Cristina Kirchner firmaron un acuerdo por el cual se autoimpusieron un plazo de seis meses para realizar los estudios de factibilidad del proyecto.
Esa fecha límite se fue venciendo y se agregó a otras postergaciones anteriores que también involucraron a presidentes de ambos países. En octubre del 2006, en Mendoza, los entonces mandatarios Néstor Kirchner y Michelle Bachelet también habían firmado el arranque de la licitación de la obra, sin embargo meses después todo el proceso se vino abajo.
Con la asunción de un nuevo mandato de Bachelet, las esperanzas de que el ferrocarril cobrara nuevo impulso volvieron, pero bastaron un par de años para que se decidiera quitarle el respaldo casi definitivo al proyecto.