RESPONSABILIDAD Y PARTICIPACIÓN

RESPONSABILIDAD Y PARTICIPACIÓN

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Luis Rosende Allende

Por Luis Rosende Allende

Es un hecho indiscutido la crisis de nuestro sistema político y la desaprobación por parte de los ciudadanos del comportamiento de nuestros políticos, sin excepción de partidos o sectores.

Es cierto que en general, salvo algunas honrosas excepciones, nuestros actores políticos han contribuido con sus actos y declaraciones a que tengamos esta lamentable opinión de ellos, pero cabe preguntarse, ¿Son ellos los únicos responsables?

¿No tendremos también un alto grado de responsabilidad en que estos personajes estén dónde están?

Personalmente creo que sí y el cambio que debe venir, pasa por entender cada uno de nosotros, que la Democracia para su buen funcionamiento, requiere en primer lugar, de ciudadanos responsables, preocupados de tener una mínima información y estar dispuestos a participar en cada una de las instancias que el sistema establece.

Debemos entender que en una democracia definida por partidos políticos, lo primero que exige, es que participemos en el partido que más nos guste o se ajuste a nuestros principios o valores y desde allí, hagamos la primera elección, los candidatos más capacitados para cada puesto que se necesite ocupar.

Y cuando digo, los más capacitados, no son precisamente los que mejor hablan, los más simpáticos o las más lindas, los que mejor cantan o bailan, o los más amigos, sino aquellos que tenga la capacidad de ejecutar las tareas por hacer. No es suficiente saber lo que hay que hacer, hay que saber hacerlo.

La otra patita, por así llamarla, es la elección en base a los candidatos propuestos, punto en el cual, es importante que participemos activamente y que votemos todos, cuando no lo hacemos, estamos dejando que otras persona decidan por nosotros.

Y en este punto, es bueno, antes de votar, meditar por lo que cada candidato propone, a esta altura y dada la experiencia de los últimos años, es importante tener presente que los slogans por muy buenos que sean,  solo son eso;  que el diagnóstico de lo hay que mejorar hasta un niño lo puede hacer, pero distinto es hacer las cosas, ejecutarlas, ahí se requieren virtudes o capacidades especiales o distintas dependiendo de lo que queremos hacer.

Finalmente, la vida y la experiencia, nos han demostrado que soluciones mágicas no existen, que las cosas que perduran, deben hacerse de a poco; que los dineros no son prodigiosos y aparecen de la nada, hay que generarlos y optar entre distintas necesidades; que el Estado es la suma de todos nosotros, sin excepción, y que cada vez que se gasta dinero fiscal, es parte de lo que cada uno ha aportado, en suma, es su plata. No resulta buen negocio dejarse llevar por aquellos que ofrecen soluciones mágicas, después de todos estos años de Democracia, ya debemos haber aprendido, que nada es mágico, todo lo que perdura es fruto de hacer las cosas bien, con perseverancia y paciencia.

En resumen, el país mejor que todos soñamos, requiere de un cambio, que debe y tiene que empezar en cada uno de nosotros, única forma de provocar una renovación completa de todos aquellos políticos que hoy nos tienen absolutamente insatisfechos.

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