Por: Eugenio Astudillo Leal, Contador
No falta semana en el año, en que por lo menos un día corra agua por las orillas y por el medio de la calle Esmeralda Poniente, desde intersecciones como Pedro Aguirre Cerda y otras, que más al ponientes, por ambos costados de la vía, acceden a esta principal ruta que nos lleva a la comuna de Rinconada de Los Andes. Esto no es en días de lluvias, sino que en días de semanas normales, como ahora, en que los niños van recién al colegio; dos importantes de ellos ubicados en esa zona, los que, además del sueño matinal, deben sortear con mucho esfuerzo el cruce de las calles frente a los accesos a sus establecimientos educacionales.
Ratifico, no ha habido semana en los dos últimos años, en que cada día laboral que acudo hacia Rinconada donde habitualmente laboro, que no haya percibido inundaciones en esa importante arteria, que dificulta el tránsito de peatones, estudiantes ciclista y automovilistas, sobre todo, en las mañanas, temprano, en horarios de ingreso a los colegios de la zona, en donde la congestión automotora es impresionante, ayudada además también, por este tema de las inundaciones; casi diarias.
En la semana pasada, de cuatro días hábiles laborales y de estudio, dos días estuvo inundada Esmeralda, desde la altura del edificio, ubicado en la numeración 1.390, al poniente, en una prolongación de por los menos un kilómetro o más, hasta llegar frente al colegio San Sebastián. A no hablar de días de lluvias en esa ruta, ya que ahí, el torrente dificulta la conducción al más avezado y capacitado conductor de vehículos motorizados. Eso es verdaderamente un desastre.
No sé de quien será la culpa de estas salidas de agua a la calle, pero al parecer por el sector pasan acequias de media cuadra, que se inundan reiteradamente y sus aguas fluyen a la cuenca de calle Esmeralda poniente, por donde bajan hacia el poniente, haciéndose dueña de la calle, a la vista y paciencia de todos los que tenemos que pasar por ahí.
Lo más lamentable de esto, es que si uno continua hacia el corazón de Rinconada, por la calle Los Villares, casi todos los días también, uno se encuentran con reiteradas inundaciones de aguas de regadíos, que sobrepasan los predios agrícolas del sector, y transforman la original ciclovía que va desde Condoroma, en el canal Los Villares, obligando a los ciclistas trabajadores de esas horas de las mañanas, a recurrir a la calzada principal para sus desplazamientos en ambos sentidos, acto totalmente peligroso para sus integridades físicas, en estos días en que ya amanece más tarde, y ese trayecto se hace en semioscuridad y a veces con neblinas.
Estas calles que son nuestras, que pertenecen a municipios diferentes, pero nuestras, al servicio de andinos y rinconadinos, no pueden seguir deteriorándose por la irresponsabilidad de algunos que no respetan que son bienes de uso público y hay que cuidarla. La ciclovía de Rinconada, gran inversión de la época en ese sector, está actualmente muy dañada por el escurrimiento constante de agua sobre ella, se ha convertido en un verdadero canal a orilla de calle, lo que puede ser ratificado claramente por los habitantes del sector.
Ojalá que con esta nota, y/o por la intervención de las autoridades de ambas comunas se pueda solucionar este tema lo antes posible, se lo pido en nombre de los niños de tres colegios usuarios de esa vía, que en el sector de Rinconada, con agua sobre la calzada y orilla, también afecta a los estudiantes de la escuela del sector Carrascal.
Gracias anticipadas por la gestión.