Roberto Gutiérrez Barboza

Roberto Gutiérrez Barboza

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Amigo Roberto:

Hoy viajas a algún lugar del cielo, donde te esperan tus pares: los humildes, los soñadores, los hidalgos, los servidores públicos. Personas excepcionales igual que tú.

Roberto:

Por donde pasaste, dejaste tu huella, tu sello, tus acciones y obras, de bien vivir, esas acciones vivirán siempre en nuestros corazones.

Como no recordar. El año 1969, cuando me recibiste en el SAG, y me brindaste tu mano y tú sonrisa, y me enseñaste a conocer esa hermosa familia deportiva, como es el Ambrosio O’Higgins. Integramos equipos de fútbol, memorables: Recuerdo cuando el 12 de octubre del año 1970, fuimos a jugar un cuadrangular de fútbol al país transandino, y te reencontraste después de varios años, con tu querido hermano Lelo, sangre de tú sangre. Juntos ganamos las Olimpiadas de La Cruz y el Campeonato de Oficinas públicas en la ciudad de San Felipe. Compañero de grandes jornadas en cancha, primero como jugador y luego como entrenador. Como cuando la Ambrosio ganó el primer Campeonato de Los Barrios en el Estadio Centenario, hace ya casi 5 décadas, el año 1972. Fuiste un ganador por excelencia, como entrenador, obtuviste muchos campeonatos andinos para el Ambrosio. Imposible olvidar el anhelado Campeonato de la Quinta Región, y tú trabajo constante para organizar el viaje a Pichilemu, en ese inolvidable episodio de nuestro Ambrosio. Al alcanzar el título de Campeón Interregional de Clubes, representando con mucho orgullo, a esta noble tierra Andina, y además siendo tú, …… amigo Roberto, el entrenador de ese equipo soñado y que estará siempre en nuestra memoria colectiva. Trabajamos codo a codo, para planificar nuestro viaje a Puerto Montt, para el campeonato de Clubes Campeones ANFA, logrando otra hazaña para el Ambrosio, el tercer lugar a nivel nacional. Y nuevamente tú, como técnico. Fuimos pioneros, en el trabajo incansable para construir la cancha y las dependencias del Ambrosio, haciendo familia en cada actividad que realizamos, especialmente con acento en los niños pequeños. En el Campeonato Seniors de los barrios, jugando por Santa Raquel, club que lleva el nombre de tú querida madre, fuiste mi entrenador, y nuevamente nos coronamos campeones.

En nuestras vidas familiares. Tú y esposa Nacha, me dieron el honor de ser compadres, como padrino de tu hijo Rodrigo. Compartí tú mesa, en innumerables jornadas familiares, con los Gutiérrez-Arredondo, encabezadas por tú madre Raquel, guardando y atesorando en lo más profundo de mi corazón, veladas y fiestas de mucho amor, afectos y cariños. Gracias a Dios por haber tenido la fortuna y el privilegio de haberte conocido y haber trabajado y compartido contigo. Y lo más importante, ser tú amigo. Fuiste condecorado como Andino Destacado, pero no pude estar presente, coincidió con la muerte de mi querida madre y tuve que viajar a mis raíces de Coihueco. Pero no tengo dudas que ese galardón tan merecido, te llegó al corazón, porque siempre fuiste orgullosamente andino, y personas como tú, hicieron está tierra andina posible, con un granito de arena. –

Roberto, en fin, podría contar muchas historias de ti… solo quise mitigar un poquito el dolor, en estos momentos tan difíciles. Quizás sea un pobre consuelo, pero tú corazón noble no se apagará nunca y que Dios te de el consuelo y la paz eterna. Pero era mi deber hacerlo. Nos dejas como legado cómo se debe llevar una institución en forma seria, exitosa y responsable.

Mis condolencias a la familia Gutiérrez-Arredondo. Un amigo agradecido.

DESCANSA EN PAZ AMIGO ROBERTO.

HERNAN YAÑEZ MERINO, longevo deportista Andino

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