Por: Eugenio Astudillo
Marzo es el tercer mes del año gregoriano, tiene 31 días, y su nombre deriva del latín “Martius”, que era el primer mes del calendario romano, que a la vez también derivaba de la palabra “Mars”, nombre en latín de Marte, que era el Dios de la Guerra.
Marzo, en nuestro país tiene un significado especial, mucho más extenso que la descripción de su origen. Este mes, ciertamente es un mes de Guerra, pero no contra un enemigo especifico y real, sino que, contra varios compromisos sociales, educacionales y tributarios, que hacen de este mes uno de los más difíciles del año.
En este bendito mes de guerra, en los primeros días, entran los niños a clases y debemos abastecernos de todos los útiles, uniformes, y servicios extras que llevan esta acción, como por ejemplo arrendar movilización, proveer colación para los estudiantes con jornada escolar completa, etc. También durante el mes, se deben destinar recursos para asegurar la educación superior a los hijos más grandes, que lograron aprobar la PSU, y que se van a estudiar a otras ciudades del país. Aquí el tema es más dramático ya que aparte de los gastos de útiles se debe agregar arriendo de departamento, dinero para la alimentación diaria, movilización diaria en el lugar de la sede, etc. Y en otro rubro, también dentro del mismo mes, vence el plazo para pagar los permisos de circulación de nuestros pobres cacharros, los cuales, ya son parte de las necesidades diarias de un trabajador cualquiera.
Pero este año hay más. Aparte de lo descrito precedentemente y que corresponde a un Marzo de un año normal, este años debemos enfrentar la incertidumbre y el temor de lo que nos traerá este nuevo Marzo, en lo referente a la tranquilidad y la paz social. En Enero y ya parte del avanzado Febrero, son muchos los agoreros y vaticinios de que el próximo mes será un mes caótico, en lo que se refiere a las demandas del “Estallido Social” del mes de Octubre pasado, lo que ha derivado en pérdidas de empleos, baja en el tema turístico, temor en adultos mayores y niños, y actos vandálicos que cada día atemorizan más al ciudadano común y las familias tranquilas y formales.
Quiera Dios que no pase nada, pero que existe inquietud, existe. Ayer mientras me abastecía de las provisiones normales de un mes típico en uno de los grades supermercado dela zona, me encontré que varios vecinos y/o amigos, los que curiosamente; en forma separada, me recomendaron en la hora de las compras, que acumulara mercadería no perecible, porque: “Nadie sabe cómo se viene Marzo”
Yo tengo fe en la racionalidad de los chilenos normales y en los cabros chicos, que desde ya deben tener en claro, que la única forma de mejorar su futuro particular y el de la patria; ahora, es que ellos se dediquen solo a estudiar responsablemente, para así ser mejores seres que nosotros, y así poder mejorar todo lo que hoy encuentran malo, acción que no solo les va a dar una vida mejor a futuro, sino que también, nos permitirá, a nosotros, los ya medios pasadito de edad y camino para el otro lado, vivir nuestros últimos años en condiciones de tranquilidad, respeto y en un país unido.
Pero no todo es malo en Marzo. Acuérdense que durante ese mes; precisamente el día ocho, se recuerda a la más linda figura de nuestra existencia en sus condiciones de Madre, Esposa, Hermana, Hija y Compañera. Ello es, nada más o nada menos, que a celebración del “El Día Internacional de la Mujer”. Pensando en ellas hagamos todo lo posible para tranquilizar y normalizar el país.
