Por: Eugenio Astudillo Leal
Indudablemente el tema principal hoy en Chile es el coronavirus, y con todo y sus múltiples factores que a diario nos lleva a consumir un amplio ámbito de noticias; no todas necesarias, pero algunas sí, partiendo por los informes de los comportamientos preventivos de los seres humanos que evitan el expandir el virus más allá de lo que ya está contaminado, la provisión y mantenimiento de los artefactos y maquinarias necesarias para el contrataque oportuno de las nuevas víctimas contagiadas. Y así, además, siguiendo noticias, como las que destacan la actitud heroica de muchos funcionarios de la salud pública y privada, del país, y también, las que alaban la misma actitud permanentemente de parte de Carabineros, PDI, Fuerzas Armadas, Bomberos, funcionarios Municipales, etc., los que han llevado a cabo responsablemente todas las actividades propias al control y seguridad de la población nacional en estado de emergencia. Pero así y todo, a pesar de los sacrificios y esfuerzos descritos por todos ellos, ya en este fin de semana recién pasado, se ha entregado una nueva sumatoria oficial de fallecidos por este covid-19, que ha superado las 10.000 víctimas fatales acumuladas, situación que a muchos chilenos nos aflige y nos duele, ya que la tarea de estos 5 meses, ha sido muy difícil en varios aspectos, y los daños y sacrificios humanos mucho más.
Para analizar desde el punto de vista de la apreciación ciudadana, de la gente mayor, respecto a la crisis de la pandemia actual y sus mayores o menores efecto en nuestra vida diaria, conversando con varios viejos amigos de mi edad, hemos concluido que, en esto últimos días, han sido varios los nuevos factores que han hecho aflojar en cierto modo la actitud responsable que todos tuvimos al inicio de esta epidemia, y que ahora, se ha relajado un poco, no todo por culpa nuestra, sino que por varios otros aspectos.
1.- La trivialización de las noticias del tema del virus efectuado principalmente por los noticieros de Televisión, que por llenar espacio sacrifican la calidad de la información, la forma de presentación de los hechos y la aplicación irracional de cierta cuota de sensacionalismo morboso.
2.- La aparición de varias ofertas económicas de ayudas del Estado y otros organismos sociales, que a la hora de la verdad se han diluido fácilmente, por las exigencias, lo impracticable, lo que ha sido apreciado como una actitud de mofa al pueblo complicado.
3.- La pérdida de respeto a las medidas de restricción como el toque de queda y las cuarentenas, que en vez de intimidar a los delincuentes, han desarrollado e incentivado más gravedad en sus acciones criminales cometidas.
4.- La gran cantidad de errores en resúmenes estadísticos, en controles y declaraciones equívocas, hechas por personeros de gobierno con respecto al virus, que han sembrado dudas en la veracidad de todas las nuevas información emanada en forma oficial.
5.- La tozudez e insistencia de politizar temas del virus, ya sean sanitarios y económicos, por los señores políticos de siempre, e instalar imprudentemente en este periodo de pandemia, temas complicados que en estos momentos no preocupan, como plebiscito, elecciones, cambios de la constitución, renovación de cargos, restricciones de candidatos, etc., materias que hoy no son de interés ni de primera necesidad para la gente.
6.- Y por último, los horrendos crímenes de Ámbar y dos madres y dos hijas en diferentes circunstancias dentro del país, agregado además a esto, toda la violencia de las quemas de maquinarias y camiones en la Araucanía.
Todo lo explicado anteriormente, al suceder sumativamente, en el mismo instante, ha hecho que la situación del virus; por estos días, pase a segundo plano, con todos los riesgos que esa decisión conlleva para el país, relajando y arriesgando nuevamente la vida y existencia a miles de chilenos, ya no solo por el coronavirus, sino que en este montón de cosas que por muchas, han hecho que la gente, prontamente piensen que el covid-19, ya pasó y siga exigiendo cada vez menos restricciones. Tengamos prudencia.