Servicios de Salud y atención a domicilio

Servicios de Salud y atención a domicilio

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Por Eugenio Astudillo Leal

Cuando era niño y después adolescente, me acuerdo que siempre reclamaba en la escuela o en el liceo, porque mi apellido empezaba con “A”, razón por la cual, en toda interrogación o prueba oral, era típico que normalmente era uno de los primeros en pasar adelante a rendir mis conocimientos.

Pero ahora, viejo, jubilado y enfermo, el tener un apellido que comienza con “A”, me ha privilegiado en ser uno de los primeros en recibir; hace algunos días, unas atenciones diferentes y/o deferente, por parte del servicio de salud del Hospital de Los Andes , que se tradujo en una visita profesional a domicilio, de primera clase, que en este caso, fue el de una joven y amable podóloga, con vehículo y conductor, que me atendió, nada menos que en el Living de mi casa, con todos los instrumentos y elementos, propios de su especialidad, para controlar e inspeccionar la propagación de la maldita enfermedad denominada “Pie Diabético”.

De acuerdo a lo ahí conversado con esta agradable profesional, que además, arribó puntualmente a mí casa, esta forma de atención a domicilio, corresponde a una nueva modalidad de prestación de servicios, en estos tiempos de pandemia, en donde el servicio de salud local, asegura el tratamiento y control de sus pacientes afectados por otros males más antiguos, enviando ellos mismos a su personal a domicilio, en horas y formas acordadas previamente con el enfermo, actividad que aparte de ser muy práctica, segura e higiénica dentro de la especialidad del tratamiento, cumple con todas las normas actuales y de emergencias, para evitar la expansión del coronavirus entre los adultos mayores.

Aparte de la calidad de la atención brindada, es imposible dejar de destacar la calidez y preocupación en la prestación del especializado servicio, el que principalmente está orientado a cuidar a los adultos mayores; rango etario más propenso a desarrollar en forma fatal el famoso Covid 19, evitando así exponerlo a multitudes o grupos humanos que puedan afectar su existencia.

He querido destacar este novedoso servicio, consciente de los grandes problemas de opinión que atacan a la buenas y expeditas atenciones de salud, en la mayoría de las salas de emergencias y Cesfam de la comuna, derivados de una mala costumbre de encontrar todo malo, o de la incertidumbre y alarma creadas entorno de esta nueva enfermedad – virus, la que ya ha dejado, lamentables, evidencias de su peligrosidad en varios países y ciudades del mundo. Pero, principalmente también lo hago, porque en este país, en donde todo lo cuestionamos, se puede apreciar, que existen organizaciones y personas; en este caso, todo el servicio de salud y su personal de nuestra ciudad, que ante esta infame pandemia, como el actual, han desarrollado con habilidad e inteligencia, varios proyectos de apoyo y servicios dirigidos a los diversos estamentos etarios de la comuna, que aparte de estar expuestos ahora a esta epidemia, deben soportar otro tipos de enfermedades y dolencias, que gracias al Estado y estas personas, del ámbito de la salud, hacen más llevaderos los últimos años de vida.

Por su preocupación por nosotros, muchas gracias a las organizaciones y personal de los servicios de salud de Los Andes y sus comunas.

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