Por: Lucho Muñoz “Alakrán”
Así nomás po`gancho, llegaron las tan esperadas Fiestas Patrias y este año vienen talla XXL, alcanzará la “mone`a pa`tanto”. Aunque “se me le caiga” el carné quiero recordar esos 18, fiestas y tradiciones de antaño, del siglo pasado:
–Ya empezando septiembre, la chiquillada comenzaba a elevar esos lindos volantines, siempre había en el barrio algún especialista en confeccionarlos, con ese papel tan especial y maderos de cañaveral, se fabricaban los chilenitos, estrellas, jotes, aviones, pantalones, las humildes ñeclas y más humilde todavía y de fabricación propia las cambuchas, hechas con cualquier papel que se encontraba a mano, había que conseguir una tira de género para ponerles una cola, pero también se intentaba elevarlos sin cola y se llamaban volantín chupete.
–Muchos se preparaban para los juegos tradicionales, el palo ensebado, a pillar el chancho, carrera de ensacados y con el huevo en una cuchara llevado en la boca, no se dejaba de lado para nada la rayuela corta, el lanzamiento del chuico y la garrafa y tiro al blanco y al tinto.
–Se tenía el convencimiento que para el 18 no se podía llevar a nadie preso por cura`o, porque para eso se estaba celebrando a la Patria.
–Se preocupa mucho la gente de tener una buena pinta dieciochera, el buen “terno de ropa” para el caballero y un lindo vestido con zapatos nuevos para la dama, el chiquillerío también algo tocaba.
–Se tomaba como una obligación pintar la fachada de la casa y colocar en el lugar mas destacado nuestra linda bandera.
–El campo de Marte, o el potrero como también se llamaba, era el centro neurálgico de la comunidad, se llegaba tempranito, y con vituallas para estar todo el día, carne y longanizas para el asado, pollitos fiambres, huevos duros, ensaladas, pan amasado, parrillas, carbón y el bebestible de rigor.
–En el campo de marte se hacían varias ramadas y fondas, adornadas con ramas de sauce, palmeras y pista de baile con aserrín o viruta, la mas pintosa era la ramada oficial. Había de tres tipos, las con música en vivo, las con música en conserva y las humilditas y económicas en sus precios bailaban con la música de la ramada del lado.
–Todavía no habían terremotos ni micheladas, se estilaba el vino tinto y del otro, chicha, pipeño, la bota de pisco con 4 bebidas, los combinados, colemono, cervezas, ponche en agua (un cocimiento de palos de membrillo, guindo, culén y canela en algunos casos).
–Escuchábamos patrióticamente la gran Parada Militar por la radio y esperábamos con gran fervor la vuelta, desde Santiago, del Regimiento Guardia Vieja y la Escuela de Montaña, para verlos desfilar en nuestra ciudad.
–Hay tantos recuerdos bonitos de tiempos idos, pero ahora solo nos queda tratar de pasarlo lo mejor posible y adaptarse a los tiempos que vivimos, que tampoco son tan malos.
–Y eso sería todo, buena vida, hasta chao, páselo a la pinta pero muy responsablemente y tenga presente que hay que seguir viviendo y pagando.
(Una niña se enojò porque yo se lo pedí, que me lo pida ella a mi, haber si me enojo yo)