Por: José Manuel Díaz Porzio, secretario Político Provincial Los Andes, Partido Socialista de Chile
Después de 18 años de debate, el 26 de agosto de 1920 el parlamento aprueba la ley de educación primaria obligatoria, exigiéndose que cada niño tuviera el deber de estudiar hasta el sexto primario. Su gran opositor fue el partido Conservador (hoy UDI).
Desde ese año hasta 1973, proliferan los liceos, institutos comerciales, escuelas vocacionales, industriales, técnicas y universidades, todos fiscales. A 1973 el país contaba con un 92% de enseñanza estatal y un 8% particular.
Liquidada la democracia, mientras se oprimía a la población, los «chicago boys» y otras luminarias, sin consultar ni dialogar, imponen el modelo neoliberal, transformando la educación pública en una mercancía, condenando con ello al endeudamiento a muchas familias y en otros casos, a la exclusión de la educación.
Días atrás, en ambas cámaras, la derecha tuvo un gran revés, al aprobarse en el presupuesto 2016 la gratuidad para la educación superior beneficiando, en una primera etapa, a 200 mil alumnos, los que sumado a los beneficios conseguidos para los niños y jóvenes de enseñanza básica y media, superan el medio millón de beneficiari@s, cuyos padres gozarán de un alivio económico mensual.
Hoy, la oposición rasga vestiduras, exponiendo su preocupación por aquellos estudiantes que no tendrán este beneficio, cuando realmente lo que les molesta es el comienzo terminal del negociado de los fondos públicos.
Ante su derrota, la derecha ha recurrido al Tribunal Constitucional, uno de los últimos bastiones del pinochetismo, solicitando la inconstitucionalidad de este beneficio, para ganar por secretaria lo que perdieron democráticamente.
Hoy, a nombre del PS Provincia Los Andes, llamo a los educando que dieron la PSU y estudiantes en general, mantenerse en alerta ante la arremetida de esos pocos, que no les resulta económico que 200 mil jóvenes y venideros gocen de un beneficio estatal, como fuera años atrás.