Octavio Arellano Zelaya, concejal de la Municipalidad de Los Andes
«No corresponde a una sociedad democrática que un tema tan relevante como la alteración tan sustantiva de la Plaza de Armas, uno de sus principales paseos públicos y de encuentro social de la ciudad, sin que previamente sea consultada la opinión de cada ciudadano a través de un Plebiscito Ciudadano y Vinculante», dijo en forma tajante el concejal Octavio Arellano.
«Afortunadamente, la movilización de aquellos que nos oponemos al grave e irreparable daño patrimonial y ambiental que significaría demoler uno de los costados de la Plaza de Armas para habilitar estacionamientos subterráneos, han tenido eco en la ciudadanía, que a través de más de 2.000 firmas se ha opuesto a que se construya un estacionamiento.
Este es un proyecto ilegítimo, porque no cuenta con el apoyo ciudadano, es contrario a la tradición, la cultura y los valores de los andinos que sienten amenazado un bien muy valioso, su querida Plaza de Armas. Este proyecto es ilegítimo desde que fue aprobado entre cuatro paredes durante la administración del alcalde Navarro y sigue siendo ilegítimo cuando fue ratificado por la mayoría del Concejo Municipal. Por mi parte, cada vez que se ha sometido a votación, he manifestado mi voto en contra de este mal y abusivo proyecto comercial, que no ha aportado nada al desarrollo de la ciudad y solo ganancia para la empresa concesionaria», agregó el concejal.
«Y ello no es capricho ni tiene razones políticas, ya que he sostenido una postura similar con un alcalde de la Nueva Mayoría y el actual alcalde de Derecha. Nos oponemos porque nos asiste el derecho de petición para que un proyecto afecta gravemente el diseño arquitectónico del principal espacio público de la ciudad, que forma parte de la Zona Típica; elimina gran parte del arbolado de calle Santa Rosa que impedirá a los ciudadanos el descanso protegido del fuerte sol de la tarde andina; porque lejos de disminuir la congestión vehicular atraerá más autos al centro, que en las horas peak hará imposible el tránsito, produciendo más tacos y mayor contaminación ambiental».
Profundizó señalando que «lamentablemente este proyecto se quiere construir a espaldas de la ciudadanía, ya que la alcaldía y la propia empresa concesionaria de los parquímetros, se han negado a mi solicitud para que se coloquen paneles informativos en toda la Plaza de Armas para que los vecinos se informen directamente del proyecto y sus impactos».
HAY QUE EVITAR UN DAÑO IRREPARABLE
«Creemos que aún es tiempo de rectificar este grave error y modificar el proyecto, buscando su instalación en otra zona de la ciudad, como podría ser el estacionamiento del Parque Urbano o bajo alguna de las avenidas. O sencillamente, si no hay acuerdo con la empresa concesionaria, ponerle término por afectar el interés general de la ciudad, indemnizando lo que decidan los tribunales si es que procede, pero liberando a la ciudad de un contrato proyectado a 35 años y que podría extender hasta los 50 años. Con lo que han cobrado a los andinos en estos casi seis años de explotación, la empresa concesionaria ha recuperado con creces las sumas recibidas como el anticipo entregado al municipio en tiempos del alcalde Mauricio Navarro y que la actual administración ha ratificado».
«Las calicatas hechas estos días han arrojado los resultados que todos presumíamos: la Plaza está ubicada sobre un sitio arqueológico y a quienes construyan los estacionamientos no les interesa construir un museo de sitio, sino que sólo están obligados a retirar los restos arqueológicos que encuentren y entregarlos al Museo de Historia Natural y al Museo Arqueológico de Los Andes, pero eso no afecta el interés en construir y explotar el estacionamiento subterráneo».
QUE LA CIUDADANIA DECIDA DEMOCRATICAMENTE
«Basado en lo establecido en el artículo 99 de la Ley 18.695 de Municipalidades, el lunes 19 de marzo, junto a un conjunto de organizaciones sociales, solicitaremos el apoyo de los 2/3 del Concejo Municipal de Los Andes su acuerdo para convocar a un plebiscito comunal que se pronuncie sobre si está de acuerdo o no de que se intervenga la Plaza de Armas o se establezca que debe localizarse en otro lugar fuera del damero central (cuatro avenidas) o sencillamente, facultar al municipio para poner término al contrato por afectar el interés público de la ciudad», dijo Arellano. Y concluyó:
«Esperamos que esta vez los concejales den su apoyo a esta iniciativa que busca democratizar una decisión que debió haber sido consultada en su oportunidad para que sea la ciudadanía con derecho a sufragio, quien se pronuncie y decida libre e informadamente sobre un tema que será fundamental para avanzar a una ciudad ambiental y culturalmente sustentable».
