Iniciativa del municipio andino, en convenio con el Destacamento Yungay
Los Andes ha sido uno de los municipios pioneros en el país en llevar adelante un programa de Equinoterapia, iniciativa donde los caballos son los protagonistas de grandes avances físicos y psicosociales en niños y niñas con alguna discapacidad física o mental.
Como un apoyo a la comunidad y considerando el valor de los caballos como agentes de estimulación, la Municipalidad de Los Andes dispone de este taller, dependiente de la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO).
En convenio con el Destacamento Yungay, la iniciativa atiende actualmente a 50 usuarios, niños y niñas que cada viernes –entre 14:00 y 17:00 horas– llegan hasta las dependencias del Destacamento Yungay, acompañados de sus padres o tutores.
En ámbitos afectivos, comunicativos y motrices, el caballo es un mediador y logra mejorar la comunicación de los niños con los papás, fortaleciendo el apego entre ellos y sus familias. En lo motriz, se corrigen posturas y movimientos, ayudando a la coordinación y el equilibrio.
El encargado del programa Teniente de Infantería, Gonzalo Valenzuela, destacó esta iniciativa que por más de 15 años ha funcionado en Los Andes. “Llevamos un montón de tiempo haciendo hipoterapia con los niños. Se trata de rehabilitar por medio de los caballos a los niños para que puedan tener más autodisciplina, para que ellos puedan desarrollarse”.
Además, Valenzuela recalcó que este destacamento de montaña es especial, ya que es el único que trabaja tanto con caballos como con mulas. “Son extremadamente mansas y sociales con los niños, somos los únicos en el Ejército”.
Gabriel Contreras tiene cinco años y lleva un mes asistiendo todos los viernes al Destacamento Yungay, logrando significativos avances. “La experiencia con los caballos ha sido súper positiva. Gabriel desde un comienzo les tenía un miedo horrible y de a poco ha ido perdiendo el miedo, se ha ido desenvolviendo mejor. Ahora le gusta venir, se pone su casco y se sube al caballo, y todo muy bien», declara su madre Claudia Briceño.
La mamá de Gabriel, quien posee un Trastorno del Espectro Autista (TEA), agregó que “el contacto con los caballos, con los animales, de por sí es recomendable para los niños, tengan o no tengan alguna discapacidad”.