Por: Guillermo Fuentes, Facultad de Economía, Universidad Central
Con el propósito de dinamizar la economía chilena, el Banco Central nuevamente bajó la tasa de interés, llegando a 2.5%, siendo la tasa más baja en los últimos 13 años. ¿En qué beneficia a las personas?
En primer lugar, esta baja en la tasa de interés no se refleja en forma inmediata en el sistema financiero. Segundo, el efecto no es igual para todos los créditos tanto de consumo como hipotecarios.
Cada institución bancaria tiene la libertad para cobrar el interés que estime conveniente, bajo ciertas condiciones. La competencia entre bancos es fuerte y es ahí donde las personas podrían verse beneficiadas con la oferta y variedad de tasa de interés. El llamado, entonces, es a cotizar, comparar y negociar con distintas instituciones bancarias y buscar la mejor tasa.
Pero cuidado, es importante considerar la Carga Anual Equivalente (CAE) como variable de análisis, debido que, el costo total del crédito, no sólo incluye la tasa de interés, sino también los costos asociados como impuestos, seguros y gastos operacionales. Es por esta razón que se debe buscar el CAE más bajo, que asegure traspasar la baja de tasas al total del crédito.
Nuevamente el mercado hipotecario está atractivo y surge con mayor posibilidad de beneficio. Es un buen momento para pensar en dejar de arrendar y obtener una vivienda propia. En promedio la tasa de interés ha sido de 3.64% en los últimos años la cual, comparada con esta baja al 2.5%, presenta sin lugar a dudas un importante beneficio. No obstante, y dependiendo del monto del crédito solicitado, la tasa de interés varía por sobre el 2.5% establecido.
En esta misma línea la renegociación de un hipotecario vigente puede lograr un beneficio de reducir el monto del dividendo en el mismo plazo, o bien aumentar el monto del pago mensual pero disminuyendo el número de años de la hipoteca. Ahora bien, dependiendo de los términos de la renegociación, un dividendo podría bajar hasta un 25%, pero hay elementos a tener en cuenta en una eventual renegociación.
Por ejemplo, es necesario diferenciar entre una renegociación con la misma entidad o con otra. A veces, la misma institución financiera, en su libertad de ofertar tasas, no siempre incorpora estas bajas, por eso es importante cotizar con otras entidades.
Si un cliente hipotecario tiene comprometido con una institución financiera otras deudas, como línea y tarjetas de crédito o créditos de consumo, la entidad podría impedir el alza de la hipoteca, como una forma de resguardarse ante un eventual no pago.
Si es con otra entidad, la demora en la entrega del certificado de deuda para alzar la hipoteca podría terminar con caducar la opción con la nueva entidad financiera. Además, se deben pagar documentos de tasación, estudios de títulos y confección de escritura de la vivienda, cada uno de los cuales puede tener un costo que fluctúe entre $40 mil y $60 mil.
Finalmente, considere los gastos notariales que por un crédito sobre las UF 2.500 podría alcanzar un total sobre $ 550 mil. Con estas observaciones es importante que analice su situación actual y evalúe la real conveniencia de repactar su crédito hipotecario.