Por: Dr. Denis Panozo
Sobre el origen de los Tatuajes como forma de expresión, hay quienes estudian si su uso no es aún más arcaico que el del lenguaje articulado.
De hecho, su existencia como la del maquillaje y las perforaciones para el uso de joyas o amuletos se remontan hasta el paleolítico.
Su función fue siempre múltiple, desde tender un puente con la divinidad hasta trasmitir mensajes efectivos a la propia tribu y a otras. Tatuajes guerreros que quieren sembrar el terror, pero también ocultar el propio miedo; Tatuajes y Máscaras con una función de subyugar o crear temor, que se usan para recordar que para los transgresores de una comunidad (sobre todo para las mujeres, los niños y los criminales), que existen sanciones, máscaras funerarias o teatrales o terapéuticas, de madera, de barro, de corteza, o elaborados tatuajes.
Se utilizaron en las grandes civilizaciones de la antigüedad, en Egipto se utilizo en forma protectora y mágica, relacionada con sus deidades en América se realizaba para marcar el cambio de la pubertad a la adultez para proteger su alma. En Japón se utilizo para marcar a los delincuentes, las temidas mafias, con tatuajes vergonzosos
Con los tatuajes y las perforaciones (piercings)
Abarca desde formas antiguas que aún persisten, como las bellísimas manos tatuadas de la consorte y sus amigas íntimas en una boda de la India, hasta las prácticas actualizadas en las tribus urbanas de las grandes ciudades.
Una interesante reflexión sobre este modo de expresión que convierte a la piel de toda nuestra anatomía para realizar o dar un mensaje permanente, siendo estos una modificación indeleble de la piel, donde se realiza un dibujo, una figura o un texto y se plasma con ajugas u otros utensilios que inyectan tintas o otros pigmentos bajo la epidermis. Actualmente y lamentablemente hay líderes más adultos que juveniles, principalmente deportistas, músicos que utilizan estos “mensajes permanentes”, que nuestra juventud imita sin tener conciencia de los daños que provocan a ese órgano maravilloso que es la piel, además las tinturas que usan son toxicas y además a través de las ajugas que se utilizan están los riesgos de contraer enfermedades contagiosas mortales, cómo son la hepatitis, el Sida. Por lo cual sus vidas se van hipotecando, al igual que de sus seres queridos, de la familia y de la sociedad.
Amigos adolecentes no se dejen llevar por esta nociva forma de llamar la atención, de creerse más varonil o más sexi. En el fondo la verdad que los que se tatúan posee una debilidad oculta, dudan de sus capacidades y cualidades.