Alcalde Rivera, en la emotiva despedida de su madre
La tarde de ayer en el Cementerio Parroquial de Los Andes se realizó el funeral de la señora Irma del Carmen Martínez Queirolo, madre del alcalde Manuel Rivera Martínez, en medio del pesar de la familia, vecinos, amistades y relaciones.
Previamente, a las 16:00 horas, se efectuó la eucaristía por el eterno descanso de su alma en la Parroquia Santa Rosa, que ofició el obispo Cristián Contreras y concelabraron los sacerdotes Mauricio Cruz y Vicente Montenegro, a la que asistieron numerosas personas que repletaron el templo parroquial acompañando al jefe comunal y familia, entre autoridades, representantes de instituciones, organizaciones, entidades vecinales, comunitarias, partidos políticos, empresas, estudiantiles, del ámbito deportivo, cultural, funcionarios municipales y de diversos ámbitos de la comunidad.
En la parte final de la misa, el alcalde Rivera, en palabras muy sentidas y con mucho pesar, agradeció infinitamente a todos quienes manifestaron sus condolencias, apoyo y compañía en este momento de dolor por la pérdida de su madre.
“Soy un agradecido de Dios, porque cuando ella sufrió la hemorragia cerebral y estaba en el Hospital San Camilo, le pedí a Dios que me la regalara diez años más porque quería que viera a sus nietos más grandes, y lo hizo”, expresó.
Indicó que fueron su papá, su madre y familia quienes le inculcaron todos los valores que hoy vive intensamente. “Él la pasión por el fútbol y la política, quien me regaloneó, me daba un poco más; pero fue ella la que me enderezó, corrigió, la que no me mimó nunca a pesar de ser hijo único, la que me retó fuerte, por eso quiero dar gracias porque me dio una madre maravillosa. Ella fue la mujer recta, honesta, dura, pero muy amistosa”.
Hizo presente que en estos diez años en que permaneció enferma “tuve la posibilidad de pedirle perdón, de darle todos esos besos que nunca le di antes y eso me tiene tremendamente tranquilo”
Reflexionó que nunca dudó en que su madre estuviera siempre con él, “por eso a veces me llama la atención ver cuando dejan a nuestros adultos mayores, a nuestros papás en otras partes. Si Dios nos da la posibilidad de cuidarlos y tenerlos con uno, ellos más que comodidad lo que quieren es cariño, no quieren estar en un súper hogar cinco estrellas, quieren estar recibiendo el cariño de los hijos”.
También agradeció a su esposa Cecilia por haberla cuidada de forma increíble.
“Gracias querida madre, vas a estar siempre conmigo. Te echaré de menos, pero estoy muy tranquilo porque sé que estás con Dios y con mi papá”, concluyó Rivera.