Por: Mauricio Navarro Salinas
La trascendencia de mirar al futuro, radica en la capacidad de pasearnos tanto por el presente como por el pasado para así darnos cuenta de quienes somos hoy como seres humanos y de que manera podemos mejorar internamente para realizar también potentes cambios en nuestro entorno.
Como buen caminante, haré un recorrido por nuestra ciudad de Los Andes y veré desde la óptica positiva lo que hemos conseguido en beneficio de la comunidad a través de una década.
Me detengo en una bella obra : La Casa de La Cultura. Este hermoso edificio construido en 1891, en plena época del Presidente Balmaceda, que albergó la Escuela Moderna nº 2, hoy se ha transformado en nuestro «Centro Cultural de Los Andes». Antes sólo era un proyecto ambicioso que integraría la cultura y los vecinos, pero desde su restauración en el año 2009 este edificio se transformó en el epicentro de innumerables actividades de la cultura y el arte, en su interior se congregan diariamente cientos de personas de todas las edades en los diversos talleres de música, pintura, danza, manualidades; es hoy un espacio abierto al folcklore y al baile; sobre sus muros cuelgan permanentemente pinturas, fotografías y obras de artistas de reconocimiento nacional e internacional, como asimismo de artistas locales y de nuestro Valle del Aconcagua; en su interior encontramos espacio para la historia, la arqueología y los recuerdos; también es un espacio de compartir el séptimo arte y el teatro.
Hoy contamos con una biblioteca especialmente habilitada, mejorada, didáctica que consta además de un auditorio llamado Gabriela Mistral en homenaje a la poetisa y maestra andina, un lugar para las letras, el arte, la cultura; también es escenario de las grandes celebraciones o actividades municipales y sociales de la Comuna.
El Parque Urbano que hace años parecía un proyecto ambicioso para el entonces alcalde Octavio Arellano, se ha convertido en un vital punto de encuentro familiar, con la remodelación que hemos llevado a cabo los últimos años, con su pileta de agua y luces multicolores que refresca durante el día y embellece las noches andinas, con aquellos juegos de agua que animaron las tardes de miles de niños y niñas en estos calurosos días de verano, con ese nuevo espacio de juego y entretención orientado especialmente para los más pequeños, la restauración del anfiteatro en el que se expresa masivamente el arte y la cultura de Los Andes, el campo de marte y aquel nuevo paseo peatonal completamente iluminado espacio ideal para el atardecer en familia.
El camino del Cerro de la Virgen con su vista maravillosa que hace descubrir la panorámica siempre bella de esta ciudad que me enorgulleces verla crecer y mejorar. Por un lado se observa el Rio Aconcagua, el cerro Paidahuen, obras de la creación como asimismo el Punto Verde producto de nuestro esfuerzo y eje de la sustentabilidad del Valle; por otro lado se observa el casco histórico de la ciudad, sus nuevas Avenidas Independencia y Chacabuco, la obras que avanzan en Arturo Prat, el Nuevo Centro de Salud Familiar Centenario, el cual nada tiene que envidiar a las mejores Clínicas Privadas del país pero a disposición de todos; al oriente el cerro Mercachas, lugar de ceremonial indigena, y de descanso del Cacique Michimalongo, que hoy debemos proteger. La historia de nuestra ciudad, la retrospectiva 10 años atrás y su desarrollo me dan la esperanza que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos vivirán en una ciudad, en un lugar que se va haciendo más sustentable, más bello y mejor.
¡TENEMOS QUE HABLAR!. Un paseo por el orgullo de ver hoy mi ciudad.