Por: Fabián Cortés Barrera, Profesor, Colaboración de Cristóbal Díaz Martínez, Profesor de la Universidad de Santiago de Chile.
“Con el remate de maquinarias a realizarse este jueves y viernes de Octubre de 2012, cerrará definitivamente la empresa de alimentos INDAL, más conocida como la fábrica “OSO”, propiedad del consorcio Argentino Arcor. Con este remate termina la historia de una centenaria empresa que por 117 años contribuyó al progreso de la ciudad de Los Andes y que hoy sus terrenos servirán para la construcción de un mega proyecto”. Así comenzaba la noticia del diario web Los Andes online, medio informativo local en el que se comentaba el cierre definitivo de la fábrica “Oso”, popular fábrica de nuestra ciudad. Desde hace aproximadamente algunos años se comenzó a gestionar el espacio de la industria para la instalación de un proyecto de tipo comercial y residencial. La implementación de nuevas actividades no es vista a priori como un problema o daño a la ciudad de Los Andes. Por el contrario, nuevos rubros benefician a la economía local y regional, potenciando el crecimiento, oportunidades de trabajo para cientos de personas. Sin embargo, desde hace un tiempo ya en nuestra zona, se evidencia una proliferación de centros comerciales, tiendas multinacionales y proyectos residenciales que van transformando a la ciudad de Los Andes en un polo atractivo para el consumo y los negocios inmobiliarios. El problema es que las nuevas empresas se han localizado en espacios que anteriormente fueron íconos de la vocación productiva tradicional de Los Andes, y que construyeron la identidad la ciudad que hoy trata de sobrevivir en cuanto a historia local. En la actualidad, todo terreno baldío que se encuentra disponible está siendo utilizado para actividades vinculadas al consumo y el crecimiento urbano.
Es necesario reiterar que el crecimiento económico es un aporte innegable que estas actividades generan, y el aporte a la ocupación laboral no se puede desconocer. Sin embargo, es necesario cuestionarnos, ¿estamos construyendo la ciudad en que queremos vivir? Gran parte de la ciudadanía de Los Andes parece reflexionar en torno a la interrogante anterior, frente a la rápida y profunda transformación de la ciudad en un polo comercial, buscando atraer consumidores nacionales y extranjeros, principalmente argentinos. Y también un atractivo para nuestro mercado local, para seguir marcando el modelo económico imperante en nuestra sociedad y que es aceptado y en muchos casos asimilado con normalidad.
Esto me lleva a hacer una pequeña reflexión, claramente nos estamos convirtiendo a la altura de grandes ciudades de chile en cuanto a lo económico y demográfico, pero ¿Estamos creciendo en otros ámbitos? ¿Como el de generar espacios de cultura, deporte y recreación permanentes en nuestra ciudad, como un teatro, un cine más amplio, más espacios verdes? ¿Estamos creciendo en educación como lo hacemos en lo económico? Es también responsabilidad de nosotros quienes habitamos esta ciudad de generar la ciudad en la cual queremos habitar. ¿Queremos una ciudad en la cual día a día sus calles se congestionan más y no se pueda transitar?, ¿queremos una ciudad donde la entretención que le estamos entregando a nuestros niños y jóvenes es el de seguir marcando el modelo imperante y el de visitar espacios que solamente generan compra y venta de artículos y no entregar espacios que puedan establecer otros tipos de relaciones, como canchas públicas de todo los deportes y disciplinas, espacios donde cada uno de nuestros niños y jóvenes puedan desarrollar sus potenciales o simplemente entretenerse? Espero llegue el día en que nuestra ciudad vuelva a ser conocida por el paso del Ejercito de los Andes, por sus tradiciones locales y fiestas populares y no por una ciudad donde es barato venir a comprar.