Por: Hno. Ángel Gutiérrez Gonzalo
El jueves 6 de Junio, los Maristas celebramos el 179º aniversario de la Pascua de nuestro Padre y Fundador, San Marcelino Champagnat, quien nos legó un lema o divisa que resume nuestra espiritualidad mariana: “Todo a Jesús por María. Todo a María para Jesús”.
Creo que vale la pena detenernos y analizar juntos, los integrantes de la Familia Marista del Instituto San Martín de Curicó, el significado que encierra dicho lema, tantas veces repetido por nosotros.
Como podemos ver, Jesús está en el centro, es la fuente y la meta de todo. Este primer aspecto de la espiritualidad marista es muy “cristiano” pero implica: no hacer nada para Jesús “sin pasar por María”, “pedir todo a Jesús tomando a María como intermediaria”, y esperar todo de Él por medio de Ella”.
Dios entregó a su Hijo al mundo por medio de María. Por eso, nosotros queremos hacerla conocer y amar como el mejor camino para ir a Jesús. Así actualizaremos nuestro lema.
Pero para San Marcelino no existe verdadera devoción a María sin la imitación de sus virtudes. Por tal motivo, nuestra devoción ha de ir creciendo en calidad, en seguimiento de su “estilo”… ¿cómo? Por la contemplación y la mirada frecuente a la vida de María, la de Nazaret y del Evangelio, se desarrolla el hábito de considerarla, espontáneamente, como “Nuestra Buena Madre y Modelo”.
Esta “mirada del corazón” nos hace descubrir y acoger amorosamente, como Ella, la voluntad de Dios, para vivirla con confianza, con humildad, sencillez y discreción. Ninguna circunstancia de la vida (penas, alegrías, trabajos, proyectos, etc.) puede sustraerse a esta mirada. Esto es vivir el Evangelio “al estilo de María”, y llevar a la práctica el “no hacer nada sin consultarla” como aconsejaba el Padre Champagnat.
Saludos cordiales a todos los miembros de la Gran Familia Marista Curicana. Recuerden que el ser, mujer u hombre, marista implica ser audaz, arquitecto de cielos sobre asfalto y ladrillo. Es un enamorado del bien, de la sabiduría y de la belleza.
Sueñen sin que los sueños les dominen, pero sueñen, porque uno muere cuando renuncia a sus sueños.
Sean creativos para vivir y dar vida. Sean maristas con una rica conciencia social, sean hermanos, hijos y discípulos de Jesús, María y Marcelino Champagnat.
No olviden nunca que: ser marista es un estilo de vida.