Por: Francisco Orrego
El empleo dignifica. Esa frase muchas veces manoseada y cargada de valor, adquiere por estos días más vigencia que nunca. Las cifras de desempleo entregadas esta semana por el INE (7% durante el trimestre móvil abril-junio), confirman la incapacidad de este gobierno para activar una economía que durante los últimos 3 años se ha transformado en un paciente que agoniza sin esperanza.
En nuestra provincia de Los Andes la situación es preocupante: Tuvo uno de los mayores aumentos de la región (1,1 %) y está 1,2% más alto que la media nacional. Más allá de las cifras, existe el rostro de personas sin “pega” que suben todos los meses
Más revelador aún es la incapacidad de las autoridades a cargo de cuidar a este paciente. Diagnostican que vamos por el camino correcto y que se ha logrado generar una importante cantidad de empleos.
Sin embargo, esta “buena cifra”, que cualquier especialista catalogaría como estancamiento, esconde un aumento descarado en la contratación de empleados públicos durante este Gobierno y las enormes brechas de sueldos entre el sector público y el privado. El país tiene dos nuevos, pero malos, “records”. Llegamos a 900 mil empleados fiscales, cifran nunca antes vista –impulsados por este gobierno-, además de generar 125 mil nuevos puestos de trabajos en el sector público. ¿Usted siente que los servicios públicos están mejores con este aumento de “nuevos empleados”?
Peor aún, estamos frente a un aumento del empleo informal o por cuenta propia (precarización del empleo) y todo lo que eso significa en términos de inseguridad laboral, acrecentado la brecha de sueldo que existe entre un trabajador con contrato de trabajo y otro con empleo por cuenta propia.
Pero los vecinos de Los Andes y de nuestra región están hartos de escuchar números para graficar el estado de salud de la economía y su impacto en el desempleo.
A nuestro vecino solo le importa saber si tendrá una fuente laboral para pagar las cuentas a fin de mes, un ingreso para garantizarle a su hijo que podrá acceder a una educación que le permita soñar con un futuro mejor. Necesitamos trabajo bueno, estable, que nos permita vivir bien, vivir tranquilos.