Por Mario Zúñiga, Founder de Zenta Group y miembro G100
La actual crisis por Covid-19 ha cambiado el mundo que conocíamos y nos ha hecho acostumbrarnos a una nueva realidad, la que nos acompañará de ahora en adelante. Y, en un escenario lleno de incertezas, no cabe duda que la tecnología jugará un rol sobresaliente en esta “nueva normalidad”; de hecho, ya es posible apreciar cómo esta forma parte de este proceso de cambios al que nos enfrentamos.
Sin embargo, según el “Índice de Transformación Digital 2019”, realizado por Corfo, la Cámara de Comercio de Santiago y la consultora PMG, casi el 80% de las empresas en el país presenta niveles medios-bajos de avance en sus procesos de transformación.
Sin duda, durante los últimos meses, cientos y miles de empresas se han debido adaptar rápidamente a los procesos tecnológicos, para dar continuidad a sus servicios. Esto es muy bueno, ya que podrán subirse de manera rápida a las nuevas tecnologías y generar canales que no poseían anteriormente.
Pero es necesario ir mucho más allá de la altamente conocida -e incluso vilipendiada- transformación digital. Los cambios a los que nos enfrentamos no solo se solucionan o mejoran con la inclusión de tecnologías en nuestras vidas o la compra de un software para nuestros negocios. Es clave, antes que todo, adquirir el mindset necesario para aprender a vivir esta nueva realidad.
Necesitamos transitar (y de manera acelerada) una revolución cultural, que transforme y moldee todo aquello que hemos aprendido en el pasado. Hemos visto cómo empresas han intentado, por ejemplo, volcar sus ventas al eCommerce, adquieren grandes programas, montan (en tiempo record) sitios web de calidad, pero aún así, no logran la satisfacción del cliente.
Lo que, tal vez, esas empresas aún no han entendido es que esta transformación digital no solamente consiste en convertir un negocio “físico” en uno online, sino que implica un cambio en la lógica y en la forma de gestionar un negocio. El proceso de transmutación debe comenzar en nosotros, en el staff, en las raíces del equipo y en la forma en cómo trabajamos.
Las empresas deben desarrollar, en primer lugar, una comunicación interna eficiente; mejorar sus canales internos para lograr una mejor coordinación y conexión, y explorar el uso de tecnologías que les permitan una colaboración efectiva en el equipo, como las herramientas basadas en la nube. Estos pequeños detalles son los que permitirán que el equipo se familiarice en el mundo digital, cambie su cultura laboral y vaya adquiriendo las competencias necesarias para integrarse por completo en la transformación digital de la empresa.
En la medida que el equipo avanza en esta nueva forma de trabajar y la colaboración pasa a ser parte esencial del día a día, la transformación digital del negocio habrá empezado y la pyme estará lista para el siguiente paso.
Sin duda alguna la Transformación digital es un proceso esencial y que hay que acelerar, especialmente en estos tiempos, pero se tiene que empezar a hacer desde las raíces del equipo, ya que es un cambio cultural al que hay que adaptarse para que sea una herramienta eficiente.