Directora regional de la Junji lamentó hechos delictuales “que van en desmedro de los niños”
Preocupación, indignación y repudio existe en la dirección, educadoras, padres y apoderados del Jardín Infantil y Sala Cuna Rayito de Luz que se encuentra ubicado en la Villa Sarmiento en la ciudad de Los Andes y que depende de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), luego que delincuentes perpetraran tres robos en dicho establecimiento solo durante el curso del presente mes.
Los ilícitos han sido cometidos en las madrugadas y el más reciente durante el fin de semana largo, para lo cual los ladrones han escalado los muros y reja del cierre perimetral, accediendo a las dependencias mediante la destrucción de puertas y el forzamiento de ventanas.
Los delincuentes principalmente han robado cilindros de gas, reguladores, importante cantidad de papel higiénico, útiles de aseo, una radio y otras especies.
El jardín infantil y sala cuna atiende a 156 lactantes y párvulos cuyas edades van desde los 3 meses a los 5 años.
La directora regional de Junji, Priscila Corsi Cáceres, lamentó estos consecutivos hechos delictivos “que han venido a afectar las actividades educativas y que va en desmedro de los niños y niñas, ya que para reponer lo sustraído debemos suspender actividades o llevarlas a cabo en otros lugares. Por ejemplo, el robo del gas perjudica para la preparación de la alimentación y el agua caliente para lo que dice relación con los hábitos higiénicos, mudas y lavados”.
Dijo que estas situaciones a la vez perjudican a las mamás jefas de hogar y que trabajan.
Ante lo sucedido, formuló un llamado a la comunidad y principalmente a los vecinos del sector para colaborar resguardando este recinto, “porque más allá de ser el primer educativo también otorga protección a la infancia, por lo tanto si un jardín infantil se ve afectado por este tipo de situaciones, igualmente se ve afectada la comunidad en su conjunto”.
Priscila Corsi agregó que por el momento no se han cuantificado las pérdidas ni los daños ocasionados, los que debieron ser reparados y repuestos a la brevedad con recursos extras o que están destinados a otros fines.
Acotó que si bien se refuerzan las medidas de seguridad con ciertos resguardos, “pero más allá de generar algunas estrategias para poder mitigar este tipo de hechos, creo que no significa con que podamos subir nuestros cierres perimetrales, poner cámaras de seguridad o ciertos tipos de alarma, ya que no queremos que nuestros jardines infantiles se transformen casi en una minicárcel, porque los niños tienen que crecer en ambientes libres y lo más despejado posible para tener contacto con la naturaleza”.