Por José Alberto López Álvarez, profesor de Castellano
Investigador en Astrosofía
(Tercera Parte)
Por ser el zodiaco un círculo (real o imaginario) el signo opuesto al Ascendente es de gran importancia. En este diagrama estelar de Chile, el signo opuesto es Cáncer, ubicado en la casa 7 del esquema cósmico. ¿Y qué significa el signo Cáncer cuando se considera su regencia en los aspectos sociales? Cáncer es el pueblo y el estallido social en Chile no comenzó esencialmente ni en una cúpula política ni en una institución social determinada. NINGÚN PARTIDO POLÍTICO PUEDE ARROGARSE EL MONOPOLIO DEL LIDERAZGO. Comenzó en el colectivo y sus consecuencias son para el pueblo, con el pueblo y por el pueblo. Y el pueblo, repito, hay que considerarlo como el colectivo: son los otros, pero también soy yo. Yo formo parte de la colectividad y nada de lo que realice me es indiferente, porque también me influye, cualquiera sea mi cultura, mi posición social, mis convicciones políticas o religiosas. Y mis actitudes y decisiones también influirán en los otros. El pueblo de Chile somos todos y ahora que las estructuras que nos sostuvieron están desestructuras profundamente y no hay vuelta atrás, COMO PUEBLO NECESITAMOS TAMBIÉN UNA NUEVA FORMA DE PENSAR, otras estructuras mentales. Por esta razón, si como pueblo somos capaces de colaborar con las estrellas y nos colocamos a la altura del gran desafío que nos ofrecen Saturno y Plutón en el ascendente de la Carta Astral de Chile del día 18 de octubre, debemos necesariamente romper la inmensa pluripolaridad que nos ha dividido y puesto en desconcierto como colectivo, como pueblo, como nación: vives al oeste o al este de la ciudad, eres de derecha o izquierda, eres de este barrio o del otro, estudias en sistema particular o público. El planeta Saturno en el Ascendente de Chile nos vuelve esta vez a traer el mismo mensaje de otros tiempos: estos arquetipos no nos sirven, están arcaicos y en el sendero mismo del dolor tenemos que encontrar nuevos caminos. Ya no nos sirven divisiones, ni odios, ni los mismos cantos, ni las mismas formas de protestas, ni los mismos métodos políticos imperantes en el pretérito. Son gestos y entidades que nos separan y debemos encontrar modus operandis nuevos para un verdadero renacer como nación, como pueblo. Una de las promesas del planeta Plutón es la transformación, la alquimia a través del fuego (literal y metafóricamente) y en su atmósfera aúrica nos señala el surgimiento de otro estado de cosas, algo así como la iluminación después de la noche oscura del alma para el místico. Esto significa que a través del trance de dolor que ofrece Saturno (El gran maestro zodiacal), a la postre han de surgir para la nación nuevos gestos, como también nuevos líderes con determinados componentes espirituales. Los actuales no sirven para la Nueva Era. HAY QUE REZAR PARA QUE ESTE TRANCE NO SE PROLONGE MUCHO, dado el lento transitar de Plutón.
(continúa el viernes 3 de enero 2020)