“UN LEGADO DE AMOR Y ALIÑO”

“UN LEGADO DE AMOR Y ALIÑO”

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Por: Jorge Peña Lucero, comunicador popular

Como viene el día de la madre, deseo contarle una historia de un hijo que homenajeó a su madre entregándole una sorpresa en su cumpleaños ya que a todos los invitados les regaló un libro de cocina con más de 64 recetas que ella preparaba en su casa, ya que sus primeros pasos por el arte de la cocina se dieron dentro de un ambiente domestico, aprendiendo las recetas principalmente de su madre.

Su madre es Hortencia Millai Vásquez, nacida en Concón el 18 de febrero de 1934, siendo la menor de doce hermanos fue la madre de siete hijos, abuela de treces nietos y bisabuela de diez bisnietos este hijo agradecido y muy buen muchacho escribió el prologo del libro así: “Madre a pesar que no hablas muchos idiomas, más el que aprendiste de tus padres campesinos, pudiste aprender a comunicarte en un idioma universal que está en lo profundo de cada uno, el idioma de los sentidos, los olores, sabores y colores.

Desde que te recuerdo te preocupaste por mí y mis hermanos, siempre supiste con pocos ingredientes y una cacerola sacar lo mejor de nosotros y entregar lo mejor de ti con ese ir y venir de olores maravillosos que evocan familia, amor y unidad, tu legado…tu esfuerzo, y tu manera de enfrentar tu vida el día a día y de entregarnos a tu modo valores y amor.

De los paseos familiares a buscar moras, a los veranos en Puente Colmo, que en la orilla del río enseñabas a nadar a mis hermanos, donde tus tortillas de rescoldos cobraban un valor infinito, como infinito serán las estrellas que nos abrigaban en esas noches de veranos…

De cuando criabas pollos y tu manera por decirlo livianamente, sorprendente de sacrificios, bueno y de mis hermanas que les daba mucha pena comerlos, en realidad yo nunca tuve un vínculo muy profundo con gallinas, así que para mí eran lo máximo.

Del arroz con machas, de esos platos tan simples y maravillosos. Sin querer nos indicabas que la vida es más simple de lo que parece, de que en las pequeñas cosas donde uno pone amor pueden ser transformadas en un recuerdo, en algo único e inolvidable.

Tu, nadie más que tú fuiste la alquimista de nuestra familia, transformándolo todo con amor, paciencia, vida y esperanza, esa esperanza ciega que se transforma en fe, una infinita que nos enseño a recorrer los caminos sin miedo.

Siento que es muy poco decir, un te amo frío y metálico, siento que a través de tu don nos diste mucho más que eso, más que un abrazo, más que una sonrisa, más que lo cotidiano de un beso…nos diste un todo y un para siempre.”

Nuestra madre nos guía en el camino de la vida, le agradecemos por todo lo que nos entrega y le pedimos como hijo(a) “Madre, ¡bendíceme antes que te vayas!” La madre nos dice con amor: “Sea mi bendición que te acompañe en el camino del saber.” Esas palabras llenan de felicidad nuestra alma, donde se queda para ir creciendo con nosotros.

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