Por: Franco Contreras
A finales de la década de los 80ta o principios de los 90ta, no recuerdo bien, en la tv la madre tierra moribunda se apoderaba de la audiencia. Treinta años mas tarde, esa representación televisiva nos envuelve en una realidad de emergencias que a diario se apodera de los noticieros.
Es tiempo de desastres, información, tristeza y héroes en digital que viajan y se multiplican a la velocidad de unos clic en titulares, una frenética vorágine de comunicados superando nuestra capacidad de asombro y procesamiento consiente.
Nos han embrutecido con discursos de fácil venta, filosofía de bolsillo, frases rimbombantes y vacías que solo acarician a la masa inerme, una mediocre visión que nos ha hecho caer estrepitosamente en los círculos del infierno, pero esta vez Virgilio no estará ahí para enseñarnos el camino. Elegimos entre las mismas caras para que nos representen sabiendo que estos no han estado a la altura del problema que engulle al mundo.
El Cambio Climático exige una transformación radical en nuestra sociedad, ya que seguiremos lamentando incendios como los de la semana pasada en diversos puntos de la región. Hoy muchos se encargan de calumniar y obstaculizar iniciativas que conducen a la protección de la naturaleza como la conocemos, en lugar de contribuir a enfrentar un problema que se llevara consigo tradiciones, casas y cultivos. La naturaleza realizara sus ajustes y estos no serán la primera vez que signifiquen la extinción de las especies y que hoy podrían considerar a la humanidad. Es menester que nuestra sociedad comprenda que enfrentamos uno de los mayores desafíos de nuestra historia en este planeta.
Felicito a los motoqueros enduro que apoyaron a bomberos y brigadistas en la sofocación de los últimos incendios en la zona del Aconcagua, es una buena forma de redimirse, pero no se confundan, esto no los faculta para ingresar en lugares protegidos, ya que la desertificación esta entre nosotros y debemos combatirla. También debemos mejorar el control sobre actividades agropecuarias, planificación minera y ciudad.
Si queremos prevalecer debemos generar las sinergias adecuadas, realizar grandes esfuerzos para mitigar la desertificación, conservar fuentes de agua, especialmente glaciares, realizar obras de infraestructura y contar con los equipos necesarios, que además de controlar emergencias, permitan evitarlas.