Por René E. León Gallardo.
(Fragmento de la obra inédita Elementos para una Historia de Los Andes).
Primera Parte.
Una de las grandes aventuras de aquellos que se atrevían a atravesar la cordillera, al no disponer de trenes del Trasandino, para hacerlo, es aquella de la que fueron protagonistas los señores Nicolás Martelli, comerciante propietario del antiguo almacén Polo Norte y don Oreste Pirazzoli, arquitecto, autor de numerosas obras y edificaciones en Valparaíso y en esta ciudad. Ambos ciudadanos italianos, radicados en Los Andes y ampliamente conocidos en nuestra ciudad. Pirazzoli es el antecesor directo de la actual familia Pirazzoli de esta ciudad. De no poseer los protagonistas de esta historia, un envidiable estado físico que les permitió realizarla exitosamente, el final de este relato hubiera tenido un trágico tenor ya que el invierno del año 1914, ha sido uno de los más severos que han afectado históricamente esta zona.
“AL TRAVÉS DE LA CORDILLERA DE LOS ANDES”
“La odisea de dos valientes viajeros
que se encontraban embotellados en Puente Inca”
“Descripción de su peligroso viaje de a pie hacia Chile sobre las nieves” “Un Roto chileno les acompaña, y otros manifiestan su siempre reconocida humanidad con sus semejantes sin distinción de nacionalidad”
“Digna conducta de la Gerencia y demás personal del Trasandino Chileno”
“Vituperable conducta del Sub Comisario de la Policía argentina en Cuevas”
“Nuestros lectores estarán impuestos, según lo que ya hemos publicado de que un gran número de pasajeros que habían salido de Mendoza el sábado 3 de Mayo último habían quedado embotellados en Puente Inca, debido al temporal de viento y nieve que se desencadenó esos días en las rejiones de la Cordillera”.
“Dos de aquellos viajeros, los señores Nicolás Martelli y Oreste Pirazzoli que se encontraban en el número de aquellos viajeros, no pudiendo resistir a la situación angustiosa en que estaban en el Hotel de Puente Inca se resolvieron a afrontar el todo por el todo, y se lanzaron hacia Chile en busca de su hogar, con riesgo de sus vidas, sin más amparo personal que el de sus enerjías”. (continuará)