Por Gonzalo Cruells, gerente general Fastco Group
La pandemia y el duro efecto que tuvo en el empleo en Chile -con casi 2 millones de puestos de trabajo destruidos- propició un escenario ideal para el emprendimiento. De hecho, según cifras del Ministerio de Economía, durante el 2020 se crearon 15 mil nuevas empresas, marcando un alza del 14%, la mayor expansión anual en los últimos 7 años.
En un escenario económicamente adverso, arriesgarse a emprender merece un reconocimiento especial, pero igual de importante es pensar y planificar con cuidado el tipo de empresa que se busca levantar en Chile. Construir espacios de trabajo y de producción sustentables es primordial, tanto para los trabajadores como para el ecosistema productivo.
Es una tendencia que los consumidores privilegian. Un estudio realizado por Mercado Libre señala que entre julio de 2019 y mayo del 2020, más de 40 mil usuarios compraron productos sustentables en Chile. En ese mismo período, 4 mil usuarios eligieron un producto sustentable como su primera compra en el sitio. Es más, sólo entre marzo y mayo de 2020 se duplicó el número de usuarios que visitó la sección de productos sustentables.
Por otro lado, en el informe “La próxima frontera: desarrollo humano y el Antropoceno”, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se enfoca en la relación entre desarrollo humano y la sostenibilidad planetaria, incorporando por primera vez el Índice de Desarrollo Humano Ajustado a las Presiones Planetarias (IDHP).
De acuerdo al documento, el 2019 el IDH (Índice de Desarrollo Humano) de Chile fue de 0,851, lo que lo deja en el lugar 43 del ránking mundial entre 189 naciones, manteniéndose en la categoría de países de desarrollo humano “muy alto” y a la cabeza de los países de América Latina y el Caribe. Sin embargo, en lo que IDHP se refiere, el país sufre un ajuste menor dejándolo 14 puestos más arriba en el ránking mundial.
Chile necesita crecer y recuperar su estabilidad económica, pero urge acordar nuevas formas de pensar en nuestra economía. Tenemos muchos ejemplos de buenas prácticas empresariales a nuestro alcance. Sistema B, es una organización que ayuda a los negocios a planificar y llevar a cabo los cambios necesarios en este sentido, sin arriesgar el capital de las empresas.
Fastco Group inició su camino para convertirse en empresa B, pues entendemos que no basta con aplicar y desarrollar medidas en beneficio de nuestros colaboradores y el medio ambiente: estas deben ser parte del ADN de la empresa, para asegurar el desarrollo sustentable de todo el país.