Por: Daniel Zamorano Vargas
Los 100 primeros días del Gobierno de Derecha han sido un cúmulo de malas noticias e improvisaciones políticas para la provincia de Los Andes y el Valle de Aconcagua por parte de la nueva autoridad. Esto se puede graficar en las vacilaciones sobre la creación de la Región de Aconcagua, la postergación de la construcción del CFT Estatal para la Provincia de Los Andes, la revisión de la construcción del Servicio de Alta Resolutividad (SAR) de Los Andes y la confusa opinión sobre proyectos emblemáticos para la zona como el nuevo túnel de Chacabuco o el túnel a baja altura de Los Libertadores, el nuevo código de aguas, entre otros.
No hay que confundirse, en todo caso, la autoridad no tiene proyecto particular para el Valle de Aconcagua, pero gobierna para defender intereses claros, plasmados en su plan de gobierno. Cabe destacar, además, que son capaces de revertir sus opiniones cuando la ciudadanía los presiona, como pasó recientemente con el cambio en su postura sobre la construcción del CFT Estatal y el SAR. Esto demuestra que se puede incidir en las acciones del ejecutivo con acciones claras.
El escenario anterior es terreno fértil para una oposición que defienda a la ciudadanía, proponga temas, fiscalice y no permita el retroceso en ninguno de los avances conseguidos para el Valle. Lamentablemente es evidente que la oposición no ha estado a la altura y es necesario que la apatía de algunos y los acuerdos de gobernabilidad con la derecha de otros, sean superados por una oposición que nazca desde la gente, de las y los movilizados por diversas temáticas sociales.
El llamado es a crear un movimiento ciudadano en defensa del Valle del Aconcagua, que sea un lugar de unidad de todos quienes estén dispuestos a colaborar, sin falsos protagonismos ni intereses pequeños, en esta nueva organización. A la que se pueden sumar partidos políticos, organizaciones sindicales y territoriales, o de cualquier tipo, realmente dispuestas a construir una alternativa al estatus quo y repartición de poder entre los mismos actores que ha caracterizado la política, en particular de la provincia de Los Andes, en los últimos años.
La oportunidad es grande, hay ausencia de contenidos y acciones erráticas por parte de la derecha para la provincia y el Valle, por lo que es urgente proponer y crear una alternativa de gobierno. Y el desafío es mayor: crear una nueva forma de oposición, que supere la lógica del bipartidismo, el clientelismo y los acuerdos entre cuatro paredes que benefician a los que los firman, pero no a las grandes mayorías.
