La inesperada lluvia que cayó el pasado viernes generó la preocupación de los productores frutícolas de las provincias de Los Andes y San Felipe por considerarla dañina para las variedades de uva de mesa y carozos, situación que provocará pérdida de producción, ya que la cosecha venía diez días adelantada.
La lluvia causó la preocupación de la Sociedad Nacional de Agricultura y, al mismo tiempo, alarmó a los productores y a las organizaciones ligadas a la fruticultura, dado que ello implicará resultados finales aún inciertos.
A juicio del dirigente empresarial Juan Sutil, la lluvia en esta época del año siempre es negativa. Sin embargo, consideró que no reviste un gran daño para el sector, salvo en el caso de las variedades más tardías de cerezas y uva de mesa, debido a las partiduras.
Por su parte Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Fruta, dijo que la principal preocupación se concentra en las primeras variedades de uva de mesa que se comenzarán a cosechar a partir de fin de año. Para aminorar los efectos negativos, indicó que se deberán tomar acciones preventivas en esta variedad, como carozos y kiwis, para evitar pudriciones.
La situación hará aumentar los costos por la aplicación de fungicidas y el uso de nebulizadoras para intentar secar la humedad.
La producción de uva de mesa y los carozos podrían verse dañados a causa de la lluvía del pasado viernes.
