Por: Lucho Muñoz “Alakrán”
Ya todo es historia, primero fue alegrarnos porque pasamos agosto, luego esperar con muchas ganas las fiestas patrias, emocionarse con la parada militar, este año se olvidaron los soldados y solo quedò en la retina, la ternura de los cachorros en brazos de las “paquitas”, volvernos a sentir felices porque no se acabò el mundo, como se había anunciado, bueno también hemos sufrido por todas las desgracias y peripecias que ha padecido tanta gente con los terremotos, huracanes y demases.
Se nos va rápidamente septiembre, mes de la Patria linda y querida, habrá que esperar todo un año, para escuchar la consentida, el corralero, si vas para chile, la cueca del guatón Loyola y tanta otra música de nuestro folclor, que nadie se atreve a programar, ni difundir el resto del año. En los centros comerciales debiera tocarse música chilena, no necesariamente folclórica, hay tanto artista nuestro que merece ser escuchado.
Ahora esperaremos con ansias, nervios y esperanza, que los muchachos de la roja, se pongan todas las pilas, se iluminen y ganen el derecho de ir al mundial de Rusia, escúchanos Señor te rogamos…!!
Luego, disfrutar de un fin de semana re-largo al terminar octubre, acordarse de nuestros difuntos y por supuesto no olvidar y participar a fondo en esa folclórica y tanta nuestra celebración como es el “halloween”, después de eso, en todas las actividades solo se piensa en Navidad, año nuevo, vacaciones, etc. Se me olvidaba la Teletón aaah y hay elecciones también, pero eso, al parecer, no tiene tanta importancia y para bien o para mal a la persona que se le pregunte por el asuntito dicen: no estar ni ahì…!!
Quiero resaltar un hecho que ya no es común en nuestros tiempos:
La honestidad y la honradez de don Jesùs Ernesto Araya Leiva, este caballero recibió 100 mil pesos demás, al cancelarle su pensión en el Servipag, el dìa viernes 15 de septiembre, lógicamente este involuntario error le causò muchos problemas a la cajera correspondiente, a la hora de cuadrar su caja, el problema mayor era que si bien le faltaba ese dinero, no se sabìa a quièn se le había entregado y además dada la fecha era muy difícil pensar en recuperarlo. Pero como Dios es grande y los milagros existen, el dìa miércoles 20, llegó don Jesùs Araya hasta las oficinas de este servicio, a devolver las 100 luquitas, que a pesar de hacerle mucha falta y tener una muy exigua jubilación, considerò que tenía que reembolsar ese dinero. En un mundo lleno de aprovechadores, sinvergüenzas e inescrupulosos, la acción de don Jesùs merece todo reconocimiento, bendiciones y agradecimiento.
Y eso sería todo, buena vida y hasta chao.