Por: Hno. Ángel Gutiérrez Gonzalo
Con alegría hemos iniciado nuestro camino del mes de MARIA.
Queremos ir, Madre, en tu compañía amable y ejemplar.
¡Esperamos mucho de este caminar contigo!
Deseamos que noviembre sea un mes espiritualista.
Una renovación en la autenticidad de nuestro cristianismo.
Queremos aprender de ti tantas virtudes
como necesitamos para nuestra vida.
Queremos marcar a fuego en nuestros corazones
unos criterios de eternidad.
Y entre virtudes y criterios
unas palabras de cariño para tu hermosura y tu grandeza.
Jesucristo es nuestra meta y nuestro supremo amor,
pero eres Tú, Madre,
el modelo más perfecto y por eso vamos contigo.
¡Llévanos a Jesús!
En este mes de noviembre
te miramos mucho para devolverte tus miradas de amor.
Te amaremos más, para corrresponder tu amor.
Y al mirarte, con nuestros ojos sedientos de belleza…
y al amarte con nuestros corazones jadeantes de intimidad…
latirán en nuestras almas fuerzas nuevas para escalar tu Estrella,
para realizar en nuestra vida la plenitud: ser hombres y mujeres de Dios.
Tú eres, María, la criatura más transparente de la belleza de Dios.
Tú, la alegría segura de las almas que poseen a Dios.
Por eso buscamos tu intimidad y tu amor.
Madre, Tú serás el cariño más limpio y más fuerte de nuestra vida.
Caminar contigo, Virgen del buen camino, es un regalo de Dios.
Tú estarás, Madre, en las encrucijadas de nuestra vida.
Contigo iremos seguros hasta el corazón del Padre.
Como buenos hijos tuyos, Madre,
te honraremos todos los días
celebrando con mucho amor y fervor,
en familia, tu mes bendito.
Virgen Peregrina, camina con nosotros,
apoya nuestra vida y danos Esperanza.
Con entusiasmo y amor cantemos juntos:
Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven.