Octavio Arellano Zelaya, concejal de Los Andes
“No nos parece adecuado la estigmatización que se está produciendo respecto de los vecinos del sector oriente de la ciudad, que comprende la Villa Alto Aconcagua, Cristo Redentor, Altos del Valle, Bellavista, San Alberto y frente a diversas casos de carácter policial ocurridos recientemente. En contacto con los dirigentes sociales de las comunidades afectadas, tienen la sensación que han quedado solos frente a la delincuencia y solo se ven afectados en casos críticos, con operativos que solo producen más inquietud entre los vecinos. En dicho sector se ha producido una verdadera sicosis que requiera ser tratada por especialistas en problemas sociales comunitarios y daño de la autoestima», dijo el concejal Octavio Arellano.
«Sin duda que ha habido hechos delictuales pero también los ha habido en otros sectores de la comuna. Cuando miramos el entorno, podemos reconocer diversos factores que pueden haber contribuido a la ocurrencia de hechos delictuales, entre las que se puede destacar, entre otras circunstancias:
– Abandono de dichos sectores por parte de las autoridades Municipales y de Gobierno, donde no se han instalado políticas permanentes de acompañamiento a la comunidad y de prevención del delito, con activa participación de los vecinos. Sólo se está reaccionando pero no previniendo.
– Escasa presencia del SERVIU del uso y estado de los departamento y viviendas, y del espacio común, algunas de las cuales al estar abandonadas por sus asignatarios, son usadas para la facilitar la comisión de delitos.
– Tendencia a la ocurrencia de incivilidades (faltas e incumplimiento de normas de convivencia) por déficit en los servicios municipales, tales como acumulación de basura debido a la falta de receptáculos en cantidad suficiente, mal estado del pavimento de los pasajes, escasa iluminación, sitios eriazos y falta de espacios públicos y parques se esparcimiento, calles sucias y sin barrido, etc.
– Escasa presencia policial a través de un trabajo preventivo-comunitario permanente. Hay que cambiar la forma de actuar en el territorio por un modelo de policía comunitaria, con presencia vecinal permanente.
– Carencia de programas culturales, artísticos, deportivos y sicosociales permanentes, dirigidos a los niños, niñas y jóvenes, orientados a ocupar el tiempo libre y generar actitudes de resiliencia personal y comunitaria
PARTIR EN EL SECTOR ACTO ACONCAGUA Y REPLICAR EN OTROS LUGARES
Es lamentable que muchas veces nos quedados en los diagnósticos y en las buenas intenciones, pero no pasamos a la acción. Es por ello que queremos reiterar algunas acciones que hemos propuesto alguna vez en el Concejo Municipal y que estimamos urgente promover e implementar:
a) instalar un programa municipal juvenil de acompañamiento preventivo y resiliencia juvenil a cargo de monitores y líderes, de ejecución no inferior a tres años, que fortalezca actitudes positivas de superación. Estos deben focalizarse en el arte, la cultura, el deporte, el apoyo al trabajo y el emprendimiento juvenil, la igualdad de género y la prevención de la violencia intrafamiliar.
b) intervención del sitio eriazo privado existente en el sector para la implementación, en forma participativa (involucrando a los vecinos desde la génesis), de un Centro Cívico que considere equipamiento deportivo, brigada de bomberos, sala multiuso, CECOF (atención de salud), unidad policial, biblioteca y oficinas para la atención de los servicios municipales.
c) consideramos fundamental que Carabineros y el Municipio cambien la visión que han tenido por este sector periférico y directamente se involucren en la solución. Por parte de Carabineros, es imprescindible la instalación de una Tenencia que atienda todo el sector oriente de la ciudad, que sea un referente de seguridad y de apoyo al trabajo policial preventivo, generando en los vecinos la sensación de seguridad. Hay experiencias en otras ciudades, como en San Antonio donde proyectos de policía vecinal han sido positivos y que vale la pena replicar. No se puede seguir sosteniendo que un área que concentra a más de 7.000 personas puede ser siendo atendida desde una Comisaría ubicada en el centro de la ciudad, con otros problemas que atender.
Por otro lado, insistiremos en nuestra solicitud que el alcalde designe un Delegado Municipal en el sector, con oficina permanente en el sector, que coordine la presencia de los servicios públicos en el barrio y acerque el Gobierno Local a la gente en forma concreta y real. Esta es una facultad que el alcalde puede ejercer respecto de localidades alejadas y que contará con todo nuestro apoyo desde el Concejo Municipal.
Este modelo de intervención puede ser replicado en otras comunidades aledañas con altos índices de riesgos sociales.
Estimo que ya hay suficientes diagnósticos y necesitamos pasar a la acción . Nuestros barrios más vulnerables no pueden ser siendo considerados gettos, ya que en ellos vive gente honrada y modesta, que sólo aspira a vivir en paz y en un ambiente seguro, que sienta diariamente que sus vidas no tiene mejor destino que ser objeto de la estigmatización y la exclusión social. Probablemente habrá que revisar los planes habitacionales que promueven grandes acumulaciones urbanas pero carentes de equipamiento y de acompañamiento social. Rechazamos cualquier forma de exclusión social, ya que atenta contra los derechos humanos y sociales de las personas, sosteniendo que es deber del Municipio liderar el cambio del foco social en este tipo de comunidades vulneradas en sus derechos.”